Este post es dedicado a Rayo un doberman que ha pertenecido a nuestra amiga Judith. Como los perros a parte de ser nuestras mascotas forman parte de nuestra familia, cuando perdemos un ser querido lo extrañamos, lloramos así sucede cuando un perro muere, es igual o a veces tanto el dolor que sentimos que siempre vive en nuestros recuerdos.
No sólo son parte de nuestra vida sino también de nuestras vivencias, nuestras salidas a la plaza, el compartir un juego de pelota, el acostarnos sobre el pasto a tomar sol con nuestro perro al lado, una mascota siempre comparte nuestros días. Es quien nos recibe cuando llegamos a casa, es quien nos quita una sonrisa cuando algo nos preocupa o nos pone triste y en ocasiones es quien seca nuestras lágrimas.Es además a veces nuestro confidente, aunque sueñe loco, cuando uno sale a caminar a veces se les suele hablar como si fueran una persona, y vaya que entienden... esto lo digo porque a mis mascotas les suelo hablar y aunque río con ellas, su alegría se nota en todo su cuerpo, cuando mueven la cola, o saltan o corren o me buscan para jugar.
Así que por eso entiendo como ha querido Judith a Rayo. En algún momento lo conocerán por foto, pero ahora quiero contarles de su raza.
Siento la pérdida de Rayo, Judith.
ResponderEliminarMe conmuevo profundamente y te apoyo desde la distancia.
Carol